martes, 18 de enero de 2011

Del dicho al hecho hay un GRAN trecho

A veces me odio, odio pasar por su casa y quedarme como una estúpida viendo su ventana, pensando si está o no, y si está si es con alguna de sus tantas minas o no. Odio ponerme mal pensando en él, que me agarre un nudo en la garganta, que la cabeza se me llene de recuerdos; que mis amigos se den cuenta y me digan que me deje de joder, que no vale la pena (aunque tienen razón, pero OJALÁ fuera algo tan simple, después de todo del dicho al hecho hay un gran trecho). Me encantaría poder sacármelo de la cabeza y del corazón (dios, es muy cursi esto O.o) fácilmente, pero no lo es, al menos para mi no. Hace casi un año de la última vez que estuvimos juntos y hace poco más de medio año que lo eliminé de todas partes para no hablarle más ni volver a caer en sus juegos. Es como seguir tropezándome SIEMPRE con la misma piedra, era hora de decir basta y patearla a lo ya recorrido en vez de para adelante (así no vuelvo a cruzar la piedra). Espero que las cosas en mi mente y todo, cambien, que algún día (no muy lejano) pueda pasar por ahí sin quedarme mirando a su ventana, sin ponerme mal por él y decir: WOW lo superé.

No hay comentarios: