¡Qué día extraño! Te sientes como si te hubieran dado un pasaje sólo de ida hacia un destino alejado. La partida es inminente, no te deja tiempo para empacar ni para saludar a tus seres queridos. No hay tiempo que perder. Estás con intriga por la naturaleza exótica de la aventura, aún así también tienes miedo de ir (lo cual es comprensible). Todas las señales indican que será beneficioso si te subes a ese avión. Envíales una postal a tus seres queridos una vez que hayas llegado a destino...
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