Con el crudo en las bodegas volveré a buscar todo el tiempo vivido que hemos perdido sin protestar. Voy a probar primero al olvido, a lo ajeno, voy a pasar a retiro de un tiro al culpable de mi soledad. No sé que quiero, pero sé lo que no quiero, sé lo que puedo evitar. Puedo seguir escapando y aún lo estoy esperando, lo estoy pensando pero estoy cansada de pensar. El marinero de río no tiene calor ni frío, la ciudad no tiene puerto y se siente muy vacío (hay, que pena)
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