

Se acabó ese juego que te hacía feliz. No cuentes lo que viste en los jardines,
el sueño acabó; ya no hay morsas ni tortugas. Un río de cabezas aplastadas
por el mismo pie juegan cricket bajo la luna. Estamos en la tierra de nadie,
pero es mía. Los inocentes son los culpables dice su señoría, el Rey de Espadas.
El territorio por el que luchas para poder sembrar tu bienestar está débil, sus tierras te quieren absorber como profundas arenas movedizas; quieren tragarte y no dejarte respirar. Tené cuidado porque estas cerca de pisarlas. Te estás hundiendo lentamente en lo que vos misma sembraste. Te deseo suerte.