Me asustan los ruidos y también la tranquilidad, le gustan los mimos, pero respira en soledad. Se hace fuerte ahi donde lo lo vi y se esconde siempre que hay maldad. Él vive escondido converzando con su piedad. Se queda en vilo para no tener que soñar y ahullenta sus ganas, luego se las pone a buscar
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